El pasado lunes 9 de mayo de 2022 se llevó a cabo una manifestación en São Paulo, así como en Porto Alegre, en solidaridad con el pueblo yanomami, que nuevamente ha sido blanco de ataques de mineros. Santos y Brasilia habían realizado manifestaciones días antes. En momentos en que la discusión sobre las próximas elecciones impregna el aire – monopolizando las discusiones, produciendo un parloteo interminable en defensa de tal o cual candidato como salvación de los problemas – los pueblos indígenas siguen sangrando.
En ese contexto, la manifestación de São Paulo reunió a cientos de personas detrás de una pancarta que decía “Bra$il é terra indígena! – FORA GARIMPO!”, sin trío eléctrico o domínio partidário, interrumpiendo el flujo de la mayor avenida de la ciudad de São Paulo, símbolo del capitalismo y del dominio urbano sobre la tierra. Si para muchxs puede parecer sin sentido realizar una manifestación como esta en medio de una glamurosa avenida de una gran ciudad, signo de progreso económico y civilizatorio, para nosotros no habría lugar más simbólico: esta y todas las ciudades son un inmenso símbolo de destrucción. , de violencia CONTRA esta tierra y los pueblos que la habitaron y la habitan, violencia colonial, y, por tanto, nada más acertado que recordar que aquí todo es tierra indígena.
La manifestación reunió a personas de diferentes pueblos y aliadxs solidarixs que salieron a las calles ante la intolerable situación en la que vivimos. Como reafirmamos los anarquistas hace más de un siglo, la solidaridad es más que la palabra escrita; no comienza ni muere en las pantallas de una computadora o celular. Distintos discursos reiteraron que la violencia contra los yanomami u otros pueblos indígenas no es algo nuevo: es parte de un proceso colonial que viene desde 1500, cuando esta tierra fue invadida por carabelas europeas.
Varios discursos durante el acto reafirmaron que mientras la mayoría espera una supuesta salvación que se produciría en octubre en las urnas, el doble Estado-capitalismo, inseparables entre sí, sigue expandiendo su proyecto de devastación y exterminio. En la tierra, monocultivos y latifundios; en el modo de vida, dominación y padronización basada en el modelo de ciudadano democrático, esperando un líder que nos salve. Y para lxs que escapan a este modelo o son un obstáculo para su expansión, queda la violencia, el ataque, la denuncia, la agresión, el silenciamiento, la muerte.
Mientras caminábamos, era imposible no recordar que los ríos fluyen alrededor de todos esos gigantes de piedra y acero; bajo los edificios y las aceras brotan plantas que, con sus raíces, siguen creando grietas permanentes en el cemento. Y aquí no hay metáfora, idealización o romantización. Basta observar. No hay nada más concreto. A pesar de una aparente estabilidad, este sistema, esta ciudad, esta forma de vida llamada civilizada, no es eterna y se derrumbará.
¡Todo aquí es tierra indígena!
¡NO AL GARIMPO!
¡Solidaridad con los pueblos en lucha!
furiosxs en algun rincon de la ciudad,
12 de mayo de 2022.
Fonte: Edições Insurrectas